Escrito por: Dr. Carlos Castillo Amaya
5/2025
Si alguna vez has sentido un “clic” extraño en la rodilla, un dolor punzante al agacharte, o te has quedado medio “trabado” después de hacer ejercicio, es posible que hayas escuchado el término lesión meniscal. Hoy te lo explico de forma sencilla: qué es, cómo ocurre, cómo se diagnostica y qué opciones de tratamiento existen.
Dentro de nuestra rodilla tenemos dos pequeñas estructuras en forma de media luna llamadas meniscos (uno interno y otro externo). Están hechos de cartílago resistente y funcionan como amortiguadores entre el fémur y la tibia. Ayudan a distribuir el peso, absorben impactos y dan estabilidad a la rodilla.
Piensa en ellos como las almohadillas que protegen los muebles cuando los arrastras por el piso: sin ellas, el desgaste es mucho mayor.
Las lesiones en el menisco suelen ocurrir por dos grandes motivos:
Lesiones traumáticas:
Son comunes en personas jóvenes o deportistas.
Suceden al hacer un giro brusco con el pie apoyado, al saltar y caer mal, o al recibir un golpe en la rodilla.
Ejemplo clásico: un futbolista que intenta cambiar de dirección rápidamente y siente un chasquido.
Degeneración del menisco:
Ocurre más en personas mayores.
Con los años, el menisco pierde elasticidad y se vuelve más frágil, por lo que puede romperse incluso al hacer movimientos simples, como ponerse en cuclillas o levantarse de una silla.
El diagnóstico combina tres cosas:
✅ Historia clínica: El médico especialista te preguntará cómo ocurrió la lesión, si hubo un giro, si escuchaste un chasquido, si tienes sensación de bloqueo o inestabilidad.
✅ Examen físico: Hay maniobras específicas donde el médico mueve tu rodilla para detectar dolor o limitación de movimiento.
✅ Imágenes:
La radiografía no muestra el menisco, pero sirve para descartar fracturas.
La resonancia magnética (RM) es el estándar de oro: permite ver con detalle si el menisco está roto, desgarrado o degenerado.
El tratamiento depende de la gravedad, la edad, el tipo de desgarro y tu nivel de actividad.
🔹 Tratamiento conservador (sin cirugía):
Reposo, hielo, antiinflamatorios.
Fisioterapia para recuperar fuerza y movilidad.
Ideal para desgarros pequeños o degenerativos.
🔹 Tratamiento quirúrgico:
Se hace por artroscopía (una cirugía mínimamente invasiva).
Puede ser:
Sutura meniscal: cuando es posible “coser” el desgarro.
Meniscectomía parcial: cuando hay que quitar la parte dañada.
Hoy en día se intenta conservar el menisco lo más posible, porque sabemos que protege la rodilla a largo plazo.
✅ Calienta antes de hacer ejercicio.
✅ Fortalece los músculos que rodean la rodilla.
✅ Evita movimientos bruscos, sobre todo si ya has tenido problemas previos.
✅ Mantén un peso saludable: menos carga para tus rodillas.
Las lesiones meniscales son muy comunes, pero con un diagnóstico adecuado y un tratamiento personalizado, la mayoría de las personas pueden volver a sus actividades normales. Si tienes molestias persistentes en la rodilla, no lo dejes pasar: Te invito a realizar un cita conmigo para que puedas comprender la causa de tu dolor.